María Revilla

Cantar y bailar han sido siempre mis dos cosas favoritas en el mundo. Luego me enamoré de la batería y me adentré en el precioso y diverso mundo de la percusión. Gracias al amor por la música de mi madre y mi abuelo, inicié mis estudios de Percusión en el Conservatorio de Música de Burgos cuando era pequeña y a día de hoy sigo aprendiendo con la misma ilusión que entonces.

Siempre me ha apasionado el gran mundo que esconde la percusión, todas sus variantes y su fuerte presencia en muchas culturas. Es el instrumento que junto con la voz llevamos siempre con nosotros. Nuestro cuerpo es música, así como toda superficie que podamos percutir. Es un instrumento inclusivo y divertido con el que podemos jugar y compartir grandes momentos en comunidad.

La música es el motor que mueve mi vida, me acompaña en todos los momentos del día y es la herramienta en la que creo y confío para hacer de nuestra sociedad un lugar diverso y respetuoso, por eso sigo luchando por un mundo justo e inclusivo. Para hacer esto posible es muy necesario enriquecer nuestra educación musical. A través de experiencias que nos hagan sentir y vivir la música desde el corazón, podremos fomentar el crecimiento de un vínculo fuerte y sano entre nosotros y la música.